jueves, abril 22, 2010

El encuentro de los mundos

AL RECORRER EL CEMENTERIO PREHISPÁNICO PODRÁ APRECIAR LA CHULLPA DEL LAGARTO, CANALES DE AGUA ARTESANALES Y UN PAISAJE SORPRENDENTE

Ruinas de Sillustani cerca al lago lake Umayo en Puno.
(Foto: Richard Hirano/El Comercio)

Dispersas en el horizonte baldío que caracteriza al centro arqueológico de Sillustani sobresalen las chullpas. Estas construcciones funerarias constituyen la evidencia que permanentemente recuerda a quien las visita el respeto que despertaron los líderes de las antiguas civilizaciones andinas.


Es así como este cementerio en el Altiplano no solo contrasta el mundo de los vivos con la muerte, sino también son el homenaje que revive a la clase hegemónica de culturas como la Pucará, Colla, Tiahuanaco e Inca desde hace siglos.


A PRIMERA VISTA
El lago Umayo adorna el ingreso al sitio arqueológico en mención. Mientras camina por el sendero que conduce a Sillustani notará la importancia del agua dentro de las diversas actividades culturales prehispánicas.

De ese modo, vale la pena destacar el sistema de cultivo organizado en parcelas sucesivas de tierra y agua (estas últimas de aproximadamente 25 a 30 centímetros de profundidad).

Asimismo, podrá apreciar pequeños canales artesanales hechos de piedra, los cuales van desde la orilla del lago hasta la parte alta de la montaña donde está ubicado el cementerio. Sepa que dichos acueductos tenían básicamente dos funciones: prevenir el estancamiento del agua en las partes altas con el fin de evitar cualquier daño a los santuarios de los líderes y también servir de cauce para que llegue al Umayo la sangre de los sacrificios de llamas realizados como pago a dicho lago.

Incluso, más arriba es posible observar lo que queda de un punto ceremonial en Sillustani. Está compuesto por dos círculos: el grande representa al sol y el chico a la luna. Los solsticios, por ejemplo, eran fechas ideales por su energía para hacer pagos a la Tierra.


Un ícono que pasa desapercibido a lo largo del camino son unas piedras verticales de alrededor de 1,70 metros de altura, rectangulares y de unos 35 centímetros de espesor. Según Julio Suaña, guía “estas poseían el significado religioso que tiene la cruz en el catolicismo de hoy en día”.


LAS TORRES
Al recorrer Sillustani surgen varias preguntas: ¿ocuparían los puestos más importantes aquellos que yacen dentro de las chullpas más altas e imponentes? No necesariamente.


Tal y como cuenta Suaña, todo el lugar es sagrado debido a que es ocupado por la nobleza de diversas culturas preíncas e Inca. Tampoco era un factor condicionante si la torre de piedra que hacía las veces de tumba se encontraba a mayor o menor altura, pues lo fundamental era que estuviera mirando al sol y al lago.


No obstante, las llamadas Torres Gemelas prueban que sí había cierta jerarquía. En ambos casos, las piedras que fueron colocadas en la entrada de la chullpa tienen doce ángulos, los cuales —de acuerdo a Suaña— “representan los doce meses del año y el número de las familias más importantes de la zona”.


Otra de las chullpas de mayor reconocimiento es la del lagarto, que mide doce metros de alto. La llaman así por la imagen del reptil que tiene grabada en la parte superior.


Asimismo, preste atención a las rocas con leves excavaciones circulares en el interior. Estas resaltan el método de engranaje que utilizaron los Incas para construir las chullpas más modernas (de textura lisa por fuera) en Sillustani.


Una vez en la cima, no se pierda la impresionante vista a la meseta de Hualloc, rodeada por el Umayo y los paisajes típicos del Altiplano.


A la salida le recomendamos prestar atención a las piedras con forma de puma que resguardan a cada lado de las escaleras al cementerio (esa era la entrada antiguamente).
Terminada la excursión aproveche para comprar recuerdos tipo chompas o chullos en los diversos puestos artesanales, visitar el museo de sitio o tomarse algo caliente en el sencillo cafetín, ubicado a las afueras del centro arqueológico.

(Photo: Michel)

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