martes, marzo 01, 2011

Ponen en valor acueductos de Nasca

Tres acueductos que muestran en toda su magnitud el gran conocimiento hidráulico que alcanzaron hace dos mil años los antiguos hombres de Nasca, y que son considerados por los expertos como los más extensos que aún existen en esa provincia, terminarán de ser recuperados y puestos en valor a fines de marzo. La tarea está a cargo de las autoridades del centro poblado del valle de Las Trancas.

Se trata, pues, de canales de aguas subterráneas, que datan de entre el 100 a. C y el 200 d. C., hechos en forma de socavón (galerías), los cuales se muestran a tajo abierto en algunos tramos. Estos permiten ver con claridad la notable técnica que desarrollaron los nascas para dominar la extrema sequedad del desierto, como así lo destaca el director del Ministerio de Cultura (INC) de Nasca, Alberto Urbano Jacinto.

Ubicado a unos 40 km al sureste de Nasca, el acueducto denominado El Pampón tiene una extensión de 1.278 metros, 500 de los cuales están construidos a modo de socavón. Los 778 metros restantes están hechos a tajo abierto.

“El interior de la galería subterránea presenta paredes construidas con cantos rodados y piedras de laja y techos sostenidos por troncos de guarango. Cada 20 metros existen respiradores de un metro cuadrado, los cuales tienen orificios que sirven para ventilar el acueducto y permitir el ingreso de una persona que realice labores de mantenimiento”, describe el investigador.

Al igual que El Pampón, los acueductos El Pino y San Juan de Totoral también se hallan en el valle Las Trancas. Asimismo, presentan características similares en su edificación.

“Mientras El Pino tiene una extensión de 800 metros, San Juan de Totoral posee 1.000 metros. De estos, 600 son de tipo socavón y los otros 400 a tajo abierto”, destaca Juan Córdova, regidor de turismo del centro poblado.

LEGADO Y UTILIDAD
Córdova explica que las autoridades del valle de Las Trancas emprendieron a mediados del año pasado la puesta en valor y recuperación de estos tres importantes acueductos con el fin de preservar su legado histórico y su utilidad en las labores del agro de la zona.

“El escaso conocimiento que se tiene de estos tres acueductos motivó el desarrollo de un plan de recuperación y puesta en valor que permita, además, un mayor estudio de ellos. Desde que se inició este plan se ha podido ubicar en las tres galerías 130 respiradores. De estas se han recuperado 35. Otros 85 permanecen enterrados y 10 están destruidos”, precisó el alcalde del centro poblado, Martín Serrano Taype.

“Bajo la supervisión de los especialistas del Ministerio de Cultura hemos señalizado y delimitado parte de estas estructuras. Incluso se ha definido un circuito turístico, pero se requiere un mayor apoyo económico para recuperar gran parte de los acueductos”, demandó la autoridad vecinal.

Cabe mencionar que estas tres galerías se diferencian de los acueductos de Cantayoc –que tienen forma de espiral– por conservar formas cuadrangulares y trasladar agua desde las zonas altas, las que atraviesan la duna grande hasta llegar al valle de Las Trancas.

EL DATO
El origen
Los acueductos nacen en las faldas de la duna grande, desde la que se domina todo el valle de Las Trancas.

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