De Caral a Teotihuacán
La arqueóloga Ruth Shadi Solís es la responsable de que nos enteráramos de que existe Caral, la ciudad madre de la cultura andina. Durante años esta especialista realizó esforzados y pacientes estudios de campo en la cuenca del río Supe para estudiar Caral y 19 asentamientos que integraron su esfera de interacción en el área norcentral de ese valle ubicado a 200 kilómetros al norte de Lima.
Ahora se conoce que hace 5,000 años en la zona comprendida entre el río Santa y Chancay se asentaron diversos pueblos y ciudades que tenían autoridades sociales, religiosas y políticas, generando así un Estado primigenio.
De acuerdo a estos estudios científicos también se sabe que Caral fue la ciudad más antigua asentada y desarrollada en el continente americano y figura entre las más antiguas del mundo.
La arqueóloga señala que esta civilización no poseía un sistema militar defensivo ni construyó murallas, quizá, porque otros grupos vecinos en crecimiento poseían suficiente espacio y recursos de sobrevivencia.
Otra de sus contribuciones fue la ubicación de monolitos relacionados con la astronomía tal como lo hicieron los nazcas en sus pampas y en Palpa 2,000 y 3,300 años después, también la utilización de quipus, puertas de doble jamba y tal vez lo más asombroso, la existencia de una lengua protoquechua que según la arqueóloga fue asimilada por el Estado Inca.
Caral se desarrolló aisladamente de otras poblaciones de América como las culturas mesoamericanas, una de estas, es la de los Mayas u hombres de maíz que apareció hace miles de años en la parte meridional de México, Guatemala, El Salvador, Bélice y en la parte occidental de Nicaragua, Honduras y Costa Rica, desarrollando una civilización indígena de diversidad étnica y lingüística.
Construyeron templos piramidales y escalonados en sus bellas ciudades edificadas en medio de orquídeas y buganvillas.
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