martes, marzo 02, 2010

RIOJA baila con su carnaval



Seis días de baile, música y amor quedaron cortos para celebrar calle por calle y barrio por barrio las fiestas del carnaval de rioja, que esta vez congregó a miles de pobladores y turistas en sus comparsas, jaranasy baldazos.

Los diablos y los jóvenes se persiguen incansablemente por las calles de la ciudad. Agua, luz, música, color y calor forman parte de esta fiesta que inunda las calles de Rioja, en el corazón del valle del Altomayo, región de San Martín.

Las canciones palpitan hasta en las entrañas de cada barrio, en cada esquina cerrada, cada balde derramado, en cada sonrisa. Aquí todos tienen permiso para mojar y ser mojados. Los niños se pasean en grupos o pandillas tradicionales con globos y baldes de agua y mojan por el puro gusto de mojar, de hacer partícipes a todos los transeúntes de este juego público y común que los libera de la tensión cotidiana.

En estos días la ciudad es un carnaval. Se declara asueto general y no hay más organización que la de expresar la alegría general vistiendo a la reina del carnaval, entrenando a sus diablos, llenando los bidones de agua y armando las comparsas que decoraran la ciudad durante seis largos e inolvidables días.

La fiesta empieza con el llamado “albazo” que congrega a la población desde las 5 de la mañana en la plaza de mayor de la ciudad. Los principales personajes son los diablos, quienes presentan al nuevo Ño Carnavalón 2010, un hombrecito cabezón y de sonrisa burlona que se pasea sobre el lomo de un burro decorado con globos y serpentina. Ño Carnavalón saluda a todo el mundo con los brazos abiertos. Será el dueño y señor de la fiesta, la excusa hecha persona para la alegría, el juego, la parranda y la libertad.

Una banda musical anuncia el paso del “Ño” por la ciudad, perseguido por muchachos que lo “asustan” mientras los diablos espantan a los niños con juguetones latigazos.

Los pobladores y turistas se preparan para recibir a la comparsa de Ño Carnavalón con globos y pica pica. En los barrios principales, las calles son cerradas con toldos, y mientras la gente goza bailando con los grupos musicales de danzas nativas, cumbia y de rock; desde sus techos los vecinos los mojan indiscriminadamente con baldes o mangueras para hacerlos sentir que están en el corazón de la fiesta y que aquí no hay excusa para no ser parte del jolgorio popular.

La elección de la reina del carnaval, el concurso de “umshas” o árboles festivos, la venta de comida y bebidas típicas, la Tahuampa o baile tradicional de pandillas, las expresiones artísticas populares... todo demuestra que los ritos y las tradiciones de Rioja gozan de buena salud, y que su festivo carnaval apunta a convertirse en el más representativo de todo San Martín.

El reto era armar una fiesta más grande y más vistosa que la del año pasado. Y lo han logrado con la masiva participación de jóvenes riojanos, previas tareas de investigación en los colegios y con el uso obligatorio de los elementos naturales para los diseños de los trajes de carnaval.

El carnaval de Rioja 2010 dejó en claro que el trabajo solidario de la población organizada, de los alcaldes y del gobierno regional demuestra que mantener la identidad de un pueblo no es solo posible y necesario... sino también divertido.

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