martes, marzo 16, 2010

PUNO: tesoro aimara

Titicaca. Nuevo circuito turístico. La fundación suiza de cooperación para el desarrollo técnico –swisscontact– implementó un nuevo corredor turístico en la ruta juli, Pomata y anapia.

En el extremo sur del lago Titicaca, casi en la frontera con Bolivia, una sucesión de pequeñas islas marcan el archipiélago de Anapia, célebre por sus paisajes en los que las aguas azules de la laguna Wiñaymarca se confunden con el cielo azul del firmamento altiplánico interrumpido apenas por los picos nevados de la Cordillera Real.

No en vano Anapia es conocida como la tierra “donde sale el Sol para todo el Perú”, y donde Manco Cápac y Mama Ocllo surgieron de las espumas del Titicaca para fundar el Tahuantinsuyo.

Recuerdo haberla recorrido hace unos años, cuando sus propios pobladores nos comentaban sus proyectos para hacer de Anapia un nuevo destino turístico en el departamento de Puno, lejos de los archiconocidos circuitos del norte del lago Titicaca, y del “mundanal ruido” y caos que gobierna Juliaca.

Hoy en día estos proyectos ya son una realidad a través de Gestur-Puno y la Asociación de Desarrollo del Turismo Sostenible de Anapia (Adaturs). Se trata de un ambicioso circuito de turismo vivencial y de contacto directo con la naturaleza de ese piso ecológico exclusivo ubicado en las orillas del mítico Titicaca.

Muy cerca a la frontera con Bolivia existe un desvío que indica Yunguyo en la península de Copacabana. Siguiendo este desvío se llega al embarcadero de Punta Hermosa luego de gozar el paisaje lacustre de Wiñaymarca. Y es aquí donde nos esperan unas cómodas lanchas a motor que realizan todo el circuito hasta la isla Yuspique.

Pero en el camino al embarcadero de Punta Hermosa, los turistas se pueden detener en Juli para visitar el Centro Artesanal Bartolina de Olla, célebre por sus textiles bordados de yute, bayeta o cañamazo. Se trata de una experiencia de contacto directo con las artesanas aimaras.

Camino a Pomata se produce otra parada en Challapampa, donde los turistas participan en una “pascana cultural” en su célebre iglesia, conocida como el primer templo de adoctrinamiento y evangelización de indígenas puneños.

La ruta continúa hasta Pomata, donde lo mejor es recorrer los ambientes de la imponente iglesia de Santiago Apóstol para luego recuperar fuerzas en el “comedor al paso” Primero de Mayo, donde las vivanderas pomateñas sirven chairos y truchas a la sartén, chicharrones y sabrosos quesos fritos guarnecidos por chuños y papas.

Minutos después, ya estamos en el embarcadero de Punta Hermosa, donde nos espera una suculenta huatia con pejerreyes “del lago a la olla”. En toda esta zona también se pueden contemplar rebaños de vicuñas pastando tranquilamente casi en las orillas de la laguna.

El circuito continúa con la navegación en veleros típicos hasta la isla de Anapia, donde Adaturs acondicionó media docena de casas de alojamiento distribuidas en un pueblecito rural, que puede albergar cómodamente hasta medio centenar de turistas por noche.

Sin duda, se trata de uno de los mejores circuitos de turismo vivencial, rural y comunitario a orillas del lago Titicaca, sin contar la experiencia de la cultura viva local. Como para demostrar que el turismo aporta un beneficio directo a los comuneros.

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