lunes, marzo 08, 2010

Chaparrí y su bosque encantado

La reserva ecológica Chaparrí es fascinante. Internarse en ella le da la sensación de estar encantado, en medio de la nada y, a la vez, en el centro del mundo. Reconciliado con la naturaleza, provisto de vida y relajado al extremo.

En este paraíso natural no existe Internet, ni señal de celular, ni canales de cable. Sin embargo, bastará con mirar el impresionante paisaje de su interminable bosque seco para considerar innecesarios esos detalles urbanos.

Despertar con la suave melodía de un ave, desayunar acompañado de colibríes y leer un libro respirando aire puro es un lujo que aquí puede darse.

Si gusta caminar, tiene largas trochas para hacerlo y lo más probable es que sea sorprendido por un zorro costeño —que es el más pequeño de Sudamérica— o que pueda ver a algún oso de anteojos sacando frutas de un árbol. Pero no tema, “porque los animales que habitan Chaparrí no se sienten amenazados y por lo tanto no atacan”, nos explica su director, Heinz Plenge.

DE TODO
La reserva está ubicada a solo 70 km de Chiclayo, abarca 34.412 hectáreas de bosque seco y le debe su nombre a la imponente montaña que domina la región.

Se trata de una zona que sufre largas temporadas de sequía que se pueden prolongar hasta por tres años.

En este lugar habitan unos 30 osos de anteojos, maravillosos cóndores —andino y real— y la pava aliblanca, que se creyó extinta hasta que este paraje la trajo de vuelta a la vida.

Chaparrí es también guarida de más de 220 especies de aves, 36 endémicas y 5 amenazadas. Las mejores horas para verlas son el amanecer y la tarde, por ser momentos en los que baja la temperatura. “Si lo que busca es observar a murciélagos o a las nueve especies de lechuzas que existen aquí, debe salir a caminar en las noches”, recomienda el director científico de la reserva, Rob Williams.

Se sabe, además, que está habitada por el gato montés, tigrillos y sigilosos pumas, que solo han sido captados por las cámaras que fueron instaladas entre las plantas para estudiar la fauna del lugar.

Usted puede ir solo un día a recorrer sus zonas principales o puede optar por pernoctar en el hospedaje que funciona dentro, pudiendo así vivir una experiencia plenamente natural.

POR UN DÍA
El circuito comienza en el centro de interpretación, donde el guía le explicará más sobre la fauna y flora de la reserva.

Al caminar por su trocha se topará con un pozo de agua natural, que nace de las enredaderas. También verá a pequeños anfibios y plantas por doquier.

En el serpentario puede observar a la famosa víbora cascabel, que es una de las más venenosas de la zona; a la culebra gato, llamada así porque solo come ratones, y a otras 15 especies de boas.

“Otro punto importante es la ramada del chamán o sacerdote mochica, donde se realizan sesiones espirituales, tomas de San Pedro y otras actividades de turismo místico”, cuenta el guía y poblador de la zona, Juan Carrasco.

Y lo más divertido para los pequeños será darle de comer al pequeño oso que está en cautiverio. “Es el único en esa condición y no lo podemos dejar en libertad porque fue rescatado de un circo, donde le quitaron los colmillos con los que se alimenta”, manifiesta Carrasco.

SU HISTORIA

Plenge recuerda que cuando niño llegó a cazar a esta y otras zonas del norte peruano. Sin embargo, años más tarde encontró en el bosque seco el lugar perfecto, ya no para efectuar actividades de depredación, sino para desarrollar un proyecto de conservación de la biodiversidad. La comunidad campesina Muchik Santa Catalina de Chongoyape le abrió las puertas para que los ayudara a proteger su riqueza y así formaron, hace una década, la primera área de conservación privada del país.

Mientras ocurría esto, las condiciones de seguridad que brindó la propuesta ayudó a la repoblación de osos de anteojos y pavas aliblancas, así como de otras especies que hoy gozan de un buen lugar para vivir.

Es en el corazón de este paraje, en unas 100 hectáreas, donde funciona una suerte de hospedaje natural que cuenta con doce cabañas de adobe para 30 personas.

“Hay seis habitaciones estándar, cinco superiores y una presidencial, que es la que posee las mayores comodidades. Sepa que todas tienen agua caliente y sobre todo seguridad”, comenta su administradora, Anahí Plenge.

Asimismo el hospedaje, que lleva el mismo nombre que la reserva ecológica, ofrece paquetes que incluyen alimentación completa y visita guiada.

Mucho ojo
El año pasado la Reserva Ecológica Chaparrí recibió más de 5.000 visitantes. De este total el 85% fueron turistas nacionales.

La reserva cuenta además con 5 guardabosques, que son pobladores de la comunidad aledaña y conocen a la perfección sus especies y secretos.

Sepa que está prohibido hacer ruidos molestos, con bocinas o gritos, porque los animales pueden sentirse amenazados.

Tampoco se permite fumar, ni encender fogatas sin autorización.

Es importante vestir colores neutros. No está prohibido, pero usted debe evitar el uso de prendas de color rojo o naranja.

No olvide llevar repelente, bloqueador solar, una gorra, linterna y un cobertor para lluvia.

Las zapatillas son ideales para caminar por la zona.

EL CLIMA
En verano la zona se muestra totalmente verde y en invierno está tan seca que deja ver a todas las especies que la habitan.

Según el Senamhi en estos días, desde Trujillo a Tumbes, el clima estará totalmente inestable. “Si bien es época de lluvias, el fenómeno de El Niño incrementará las precipitaciones”, comentó el meteorólogo Nelson Quispe.

Mas informacion
Galeria de Viaje (En Ingles)
Tour Sugerido (En Ingles)

No hay comentarios.: