miércoles, febrero 24, 2010

Cusco: El sur también existe

La capilla sixtina de los andes. Rutas. Las maravillas del circuito del “sur chico” cusqueño. Este es el momento para conocer Andahuaylillas, Huaro, Urcos, Ocongate y Espinar, ubicados al sur de Cusco y conectados por una carretera sin riesgos de huaicos ni inundaciones

No son pocos los turistas que luego de visitar Machu Picchu se quedan con una sensación de insatisfacción por no tener más tiempo para visitar todos los atractivos turísticos de la capital inca, hacer shopping en San Blas, gozar la movida nocturna qosqoruna y conocer pequeños poblados vecinos ricos en tradiciones, monumentos y cultural viva.

Es por eso que esta vez recomendamos el circuito del “sur chico” cusqueño, siguiendo la impecable carretera que une Cusco y Puno.

A pocas cuadras del centro histórico se encuentra el paradero hacia Urcos, célebre por su laguna donde se dice que los incas arrojaron una cadena de oro para que esta no caiga en manos de los conquistadores españoles. Desde Urcos (ubicado a solo 53 kilómetros de la ciudad del Cusco) el camino se bifurca: a la izquierda la carretera sigue hacia Ocongate, epicentro de la cultura viva de la provincia de Quispicanchis (la etnia K’ero) y punto de partida para la célebre “vuelta al Ausangate”.

Pero el paseo también puede terminar en Urcos luego de conocer la célebre iglesia de Andahuaylillas (a 40 kilómetros de Cusco) considerada la “Capilla Sixtina de los Andes” y escenario a fines del 2008 de uno de los acontecimiento culturales más impresionantes del año: la misa y concierto de música barroca andina para celebrar la restauración de sus célebres órganos restaurados por expertos franceses (ver www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20081106/pasadas/3219/169259).

Muy cerca se encuentra el poblado de Huaro, cuya capilla dedicada a la Virgen de la Candelaria también fue restaurada y cuenta con un pequeño museo de sitio.

Siguiendo por la carretera Cusco-Puno, y luego de pasar por Urcos la ruta sigue hasta poblados con desconocidos atractivos turísticos que nada tienen que envidiar al Valle Sagrado de los Incas o a la ciudad del Cusco. Lo recomendable es detenerse en cada poblado, pero la meta puede ser Tinta y Raqchi (con su célebre Templo de Wiracocha).

Desde Combapata sale uno de los caminos hacia la provincia de Espinar, considerada la otra maravilla del Cusco y con atractivos turísticos que han merecido sendos reportajes en las páginas de Andares (ver www.larepublica.pe/edicion-impresa/la-republica/andares?page=10).

Y nos quedamos cortos, porque Cusco no es solo Machu Picchu y está demostrado que en las afueras de la ciudad, ni tan lejos ni tan cerca del ombligo del mundo, el sur también existe para los turistas.

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