Expertos piden que esta especie sea considerada emblema del departamento. Se realiza un censo para determinar el número de ejemplares.
JORGE PAJARES
¿Cuántos lobos de río viven en Madre de Dios? El último fin de semana, doce grupos de personas, entre biólogos, guías turísticos y voluntarios partieron hacia doce puntos del departamento para identificar la cantidad de estos mamíferos que aún pueden ser vistos por el hombre.
La actividad forma parte del Primer Festival del Lobo de Río en Madre de Dios. Cuando concluya la jornada este sábado, se sabrá si la región declara emblema del departamento a la especie.
Uno de los lugares más accesibles –desde Puerto Maldonado–, donde se realizó el censo poblacional, fue el lago Sandoval, destino turístico de la Reserva Nacional Tambopata.
Tras casi hora y media de viaje, el equipo de trabajo de la Sociedad Zoológica de Fráncfort (SZF) en el Perú, comandado por Rob Williams, ingresó al lago navegando en un pequeño bote a remo.
HÁBITAT PERFECTO
A diferencia de las zonas donde la actividad del hombre viene destruyendo ecosistemas enteros, en el lago Sandoval todo parece estar vivo. Es fácil intuir por qué una familia de lobos de río (‘Pteronura brasiliensis’) de ocho integrantes decide vivir aquí.
Un lobo de río adulto necesita dos cosas para vivir: cuatro kilos diarios de pescado y tranquilidad. En el lago Sandoval encuentra las dos cosas: comida para toda la familia y paz, por un turismo responsable que no interfiere en su rutina.
Sin embargo en el resto del departamento la situación no es nada estable. La deforestación, un turismo agresivo y el avance de la minería han ocasionado el deterioro de varias lagunas donde se encuentran las madrigueras de los lobos de río.
Por suerte la belleza de la selva no puede ocultarse, menos aún cuando se observa en silencio. Es Rob Williams, el biólogo inglés que hace trece años cruzó medio mundo para estudiar la Amazonía peruana, el que rompe el hielo: “¿quién no puede ser feliz en este lugar?”.
JORGE PAJARES
¿Cuántos lobos de río viven en Madre de Dios? El último fin de semana, doce grupos de personas, entre biólogos, guías turísticos y voluntarios partieron hacia doce puntos del departamento para identificar la cantidad de estos mamíferos que aún pueden ser vistos por el hombre.
La actividad forma parte del Primer Festival del Lobo de Río en Madre de Dios. Cuando concluya la jornada este sábado, se sabrá si la región declara emblema del departamento a la especie.
Uno de los lugares más accesibles –desde Puerto Maldonado–, donde se realizó el censo poblacional, fue el lago Sandoval, destino turístico de la Reserva Nacional Tambopata.
Tras casi hora y media de viaje, el equipo de trabajo de la Sociedad Zoológica de Fráncfort (SZF) en el Perú, comandado por Rob Williams, ingresó al lago navegando en un pequeño bote a remo.
HÁBITAT PERFECTO
A diferencia de las zonas donde la actividad del hombre viene destruyendo ecosistemas enteros, en el lago Sandoval todo parece estar vivo. Es fácil intuir por qué una familia de lobos de río (‘Pteronura brasiliensis’) de ocho integrantes decide vivir aquí.
Un lobo de río adulto necesita dos cosas para vivir: cuatro kilos diarios de pescado y tranquilidad. En el lago Sandoval encuentra las dos cosas: comida para toda la familia y paz, por un turismo responsable que no interfiere en su rutina.
Sin embargo en el resto del departamento la situación no es nada estable. La deforestación, un turismo agresivo y el avance de la minería han ocasionado el deterioro de varias lagunas donde se encuentran las madrigueras de los lobos de río.
Por suerte la belleza de la selva no puede ocultarse, menos aún cuando se observa en silencio. Es Rob Williams, el biólogo inglés que hace trece años cruzó medio mundo para estudiar la Amazonía peruana, el que rompe el hielo: “¿quién no puede ser feliz en este lugar?”.
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